Promesas
Te miento siempre ¿Sabes? Siempre te digo que es la última vez como si yo ni siquiera fuera a pensar en ello nunca más. Como si vetara mi mente y mi piel de pensar en tus lamidas, tus besos y la forma de llegar hasta abajo aunque aún no me hayas probado del todo, aunque aún no te hayas embriagado debajo de mis bragas, con el cáliz de entre mis piernas vertido por tus labios y tu lengua. Me prometí no dejarte acercar a dos centímetros, no mirarte con lujuria ni con el vacío provocador que se forma en mi pupila. Me prometí no deslizar mis dedos por tus finos cabellos negros que se caen en tu cama cuando me desgarras y me aferro con placer de ellos. Me prometí pensar en alguien más y no aplicar perfume en mi cuello y en la mitad de mis diminutos senos para no oler a tentación, para vestirme de soy de alguien más y apestar a culpa y prohibición. Que mis labios se secaran tanto y se volvieran tan delgados que ya no quisieras besarlos por falta de carne, por falta de belleza. Que mis ojos s