Hoy no quise ser mujer

Nunca en la vida me había dolido el género como hoy, y es porque nunca había presenciado o sido victima de una agresión sexual. Siempre me había indignado por las demás pero desde un lugar cómodo, desde lejos, desde el otro lado, ese lado en donde están las que piensan que eso jamás les podrá suceder pero justo hoy a mi me pasó.

Era una mañana azul clara en Los Angeles, límpida, soleada. No hacía mucho calor, más bien el clima estaba en su punto. Me encontraba de muy buen humor, lista para hacer lo que me tocaba durante el día, esperando el bus que me llevaría a Venice, entre la Licoln y la Manchester. Vestía una blusa tipo campesina con estampado de flores, unos shorts de jean, converse y gafas de sol. Me senté a esperar, y mientras eso, revisaba el feed de mi Instagram. Todo estaba normal, el tráfico transcurría, y yo no pensaba en absolutamente nada, solo en que el bus no se tardara mucho. 

De repente, mientras seguía esperando, un carro viejo, un Honda, quizá me equivoque, color blanco y muy sucio además, paró justo en frente de mi, pero no me percaté en seguida pues estaba distraída en mi celular. Luego me doy cuenta de que se empieza a formar una línea de carros detrás del Honda y que el tráfico por ese carril ya no avanza. Levanto la mirada y miro que el carro era conducido por un tipo gordo, robusto, de piel trigueña. Tenía barba entre negra y gris, iba vestido con una camiseta blanca y una gorra. De su cara exactamente no tengo una imagen pues se le medio cubría con el celular mientras este me tomaba fotos. Yo me congelé por un momento, y no sabía que hacer; luego me sacudí, me puse de pie y le grité ¡Fuck you! mientras seguía tomándome fotos. Comencé a caminar en dirección contraría a donde estaba el carro y este se empezó a alejar pero el tipo seguía tomándome fotos. 

Cuando se movió pensé que ya todo había pasado, que estaba bien, pero no fue así. Al lado de la parada del bus hay un parqueadero, y ahí se fue a dar vueltas mientras yo seguía esperando el bus. Tenía los nervios de punta, me sentía tan sola y tan vulnerable que mi único alivio fue ver llegar por fin el bus. Fueron unos minutos muy angustiantes. Me subí al bus llorando y solo pensaba en que al menos tenía mis gafas puestas y no iba a ver bien mi cara. Me senté y empecé a llorar más y más, me sentía impotente, miraba por las ventanas para ver si me seguían, me quería cambiar de ropa. Llegué a sentirme culpable por usar shorts en vez de unos jeans o algo cubierto, me dio asco, rabia. Luego pensé ¡Mierda! No es mi culpa ¿Por qué tengo que dejar de vestirme de alguna manera o vestirme de otra? ¿Por qué no puedo estar tranquila esperando un bus en la calle? ¿Es por qué soy mujer? ¿Por qué rayos soy mujer? Ser mujer es una mierda entonces. No importa lo que uses, no importa si no te maquillas o si lo haces, cualquiera se siente con el derecho de tomarte fotos en la calle para hacer con ellas quien sabe qué asquerosidades. Cualquiera se siente con el derecho de tocarse públicamente mientras te ve. Cualquiera se siente con el derecho de decirte cochinadas porque llevas un short o una falda puesta, solo porque eres mujer. 

Nadie me tocó, nadie me ultrajó físicamente, es verdad, pero mi ego si lo fue, mi autoestima también, mi confianza en mi misma, y es una mierda sentirse insegura mientras caminas afuera pensando en que alguien te puede estar siguiendo o en que alguien te hará algo. Es una mierda no sentir la misma confianza que siente un hombre mientras anda en la calle. Quizá pensará que lo pueden robar, pero nunca va por ahí pensando que una mujer u otro hombre le van a decir frases horriblemente sexuales, o que lo van a querer violar, o que tiene que cubrirse las piernas o el pecho para no llamar la atención de personas depravadas.

No estoy en contra de los hombres, estoy en contra de aquello que en la sociedad se ha solidificado y construido que ataca a la mujer, que violenta nuestro físico, nuestra moral, nuestro ego, nuestro ser como mujeres. Estoy en contra de eso que me llevó a pensar que quizá fue mi culpa por la ropa que usaba, estoy en contra de sentirme insegura por lo sucedido. Estoy  en contra de que sea 'totalmente normal' lo que me pasó, en contra de que me digan que pudo ser peor como si no fuera lo bastante malo, y que yo tenga que poner más atención y tener un gas pimienta en mi bolso por protección, porque no puedo andar tranquila por las calles ni de noche ni de día solo por ser mujer.

Hoy no quise ser mujer porque si no lo fuera, no hubiera sucedido eso. Si fuera mujer no sentiría el asco que siento al pensar lo que ese enfermo está haciendo con las fotos que me tomó. Pero lo soy, y como soy mujer me indigno y reclamo una sociedad en donde sienta la libertad de ser, estar, vestir, pensar, actuar, hablar y vivir como a mí se me de la gana, sin ser violentada, menospreciada, agredida o insultada por tener una vagina y tetas en vez de un pene y dos huevas.

Comentarios

Entradas populares