No sea metido

Este post es para quejarme. Sí, es una queja pública. 

Me joden las personas que simplemente se creen poseedoras supremas y benditas de la razón absoluta y que, como si fuera poco, esta cualidad que se han auto-impuesto las hace acreedoras del derecho de "hacer entender y recapacitar" a quienes "no la tienen", según ellas claro, como se les de la regalada gana. Y es que ya me ha pasado tantas veces que en mi búsqueda por entender el porqué del día a día y por hacer lo que mi esencia y mi espíritu me exigen que haga, quedo como la más loca, la más rara, la más pendeja y desubicada  porque es que "así no son las cosas", "no sea tan olímpica", "deja de ser tan complicada", "entonces métase con el primerito que se le pase en frente", "qué  jartera -todo el mundo dice jartera cuando esa palabra ni existe- usted, en vez conocer a alguien", "no se encierre", "no salga tanto" y todas las otras muletillas para ridiculizarme y alienarme al aburrimiento sometido en el que la mayoría de estos personajes, "razonables y correctos", se encuentran al poner un pie por fuera de su cama todas las mañanas. Lo siento si parezco exagerar brutalmente de las comillas pero quiero que la ironía quede marcada, re marcada y explicita para que así los susodichos entiendan mi posición.

Pues déjenme decirles y negarme con un rotundo NO, con NO grande de NO ME JODAN, y me siento en la libertad de usar las mayúsculas como si se tratara de un grito de histeria o alguna reclamación nocturna en una calle cualquiera en medio de una gran multitud, como quien dice, el show, que soy fiel partidaria de que hay que vivir por si mismos para aprender, de que los errores se cometen porque en el pellejo de otros no sirven para la experiencia propia y que más que nada, el instinto paternal de quienes ni siquiera hacen parte consanguinea y genéticamente de nuestros allegados, jugando a los omnipotentes,  omniscientes y omnhijupetas se puede ir a la mierda porque sirve para un carajo, a no ser que sea alguno de mis progenitores. Sé que entre mis lineas se percibe rabia, y pues sí, no lo niego porque es que me enoja sobremanera la gente que quiere manejar los hilos del destino a su antojo, ignorando garrafalmente que es el destino quien le tiene hilos de marioneta sobre sus hombros y obviando de una manera tan asquerosa que la vida es bastante complicada como para inmiscuirse sin escrúpulos en la de quienes intentan vivirla a tope según su manera de ser y nunca han pedido una segunda opinión al respecto.

Siendo franca, puedo asentar que la vida de nadie no me importa demasiado tanto como me importa la mía y que me parece una total falta de respeto la intromisión en ella de las almas Teresas de Calcuta que para todo tienen una solución pero en realidad es que a todo le ven problema. Y no me refiero a esas faltas de respeto de las que uno habla con su circulo de amigas tomándose algún traguito o en un apartamento en reunión de desatrace verbal, o sea, en puro plan chisme, sino de esas faltas por la cuales lo pueden vetar de un lugar de por vida, meter a la cárcel y condenar a muerte, porque es que no es atentar contra una vida pero sí contra una parte importantísima de ella, la privacidad. Así que querido amigo o amiga que va por ahí, intentando pintar el mundo a fuerza de blanco o negro, déjeme decirle que los grises existen y el technicolor, y el CMYK y el RGB y más si así se quiere, acepte que la única razón es que nadie y todos la tienen, que esa es una perra, una zorra que es de todos y sin dueño, que esa es su naturaleza. El mundo cambia y cada quien puede hacer el cambio pero no de esa manera sino más bien vaya viva y no sea metido.

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