La parafernalia de lo actually

Como mujer sufro de ese raro complejo o mejor, comportamiento psicótico de ponerme en el lugar de todas las demás, y como tengo el ojo de soltera más grande día con día, me siento capaz de ver las situaciones con una posición casi neutra , sin beneficiar a la especia masculina ni privilegiar demasiado a quienes pertenecen a mi género, por eso digo a la mierda todo.

El discurso que le plantean a una hoy en día es expóngase más para que al menos consiga un touch and go, todos son unos bobos de turno y el amor de la vida sólo se da por ósmosis así que retroceda a los bobos de turno y trate de conformarse medianamente con uno porque "lo que todas queremos" se llama "perfección" y eso, por lo menos en el globo terráqueo no existe.

Y es que el argumento tiene mucho de válido porque los únicos hombres que se hacen visibles a nuestros "tan finos" ojos que buscan algo que se adapte un poco a los estándares moderadamente establecidos -para las realistas que saben en que mundo viven- o los altamente elevados -las que aún buscan el principe azul, se creen la cenicienta moderna y viven imaginariamente en disneyland- son los retardatarios disfrazados de estrellas o nebulosas en el universo femenino que nos intentan enredar con su vil palabrerío con ínfulas de poesía y resulta que ahí es donde radica el problema, porque nos dejamos deslumbrar por los charlatanes amos del camuflaje, camaleones sin iguales que se adaptan y acoplan a las expectativas de todas las mujeres al mismo tiempo, y lo peor, abrumadas por este mundo hostil y salvaje nos pegamos de cualquier pendejo con taparrabo que se balancee en liana en frente de nuestras narices, como si la vida dependiera de ello. Por eso, parte de la culpa es toda nuestra, sí señoras y señores -por si algún hombre de verdad  está leyendo ésto- porque la creación y definición de la palabra conformismo salió de una partida de perdedores sin 5% de ambiciones en la vida, y recogiendo los desechos del mercado del usado hacemos parte, por obra y gracia propia, de tan mediocre grupo.

No creo en el cuento de fantasías que Disney nos pinta desde que nos ponen frente a un televisor, pero si creo que un hombre me merecerá en casi toda mi totalidad "del mismo modo en el sentido contrario" que yo a él, porque confío y tengo esperanzas aún en que existen los capaces de responder coherentemente a nuestras preguntas sin esforzar mucho las neuronas y con los que podremos charlar de una manera intelectual y divertida, los que uno puede confiar que en WhatsApp a la misma vez no tendrá chat con la guaricha, con la por si las moscas o por si no también, con la que tiene en la universidad/trabajo, con la que presenta en la casa, la que le despierta la libido a punta de verbo y las que tiene repartidas en otras dos ciudades porque aplican con toda el mantra de vive Colombia, repártelas por ella. Los que no aparentan absurda y patéticamente ser una mezcla entre Adam Levine y Stephen Hawkin, sino que en realidad no les cuesta ser honestos. Yo sé que los hay y no estoy soñando o delirando, simplemente se trata de observar mejor las constelaciones que nos rodean, analizar, entender y darnos cuenta quienes son las verdaderas estrellas y no los estrellados.

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