Fui yo.

¿Es mi culpa? ¿Te he hecho mal? Es así, te herí, acabé con tu alma, la encerré en una jaula, enfríe tu mirada. No hay más explicación, fui yo. Así me siento, eso me gritan mis lágrimas una y otra vez, eso me susurra al oído la monotonía luego de instalada en nuestra cama. Ese es el juicio que me dan tus manos, las palabras que dicen tus silencios las cuales no saben hacer otra cosa que echarme la culpa del dolor que siento, como si amarte más a ti que a mi fuera un delito, un pecado y entonces una esquina en mi recamara, con un poco de luz en donde se asoma una foto de alguna sonrisa pasada, me dice que el verdadero crimen fue ese, darme el último lugar en mi vida y me doy cuenta que en realidad me herí, acabé con mi alma, la encerré en una jaula, enfríe mi mirada. Si es mi culpa, es toda mía pues fui yo quien dejo que esto pasará. Ya no quiero tus "hola cómo estás" de cajón, no me hace falta atarme a nada, a un descarte, a falsas esperanzas, pues los besos que nos faltan van dando pasos en reversa así como para nunca llegar a unir tus labios con los míos una vez más. A pesar de todo, deberías saberlo. Creo que algún día fuiste feliz conmigo.

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